Son
muchas las ocasiones que a mis alumnos les transmito que el autocontrol en la
vida es muy importante para tener éxito.
Por
ello, fomentar la habilidad de un correcto autocontrol, junto con la
autodisciplina, la perseverancia y la constancia desde la infancia, va a
determinar cómo seremos en un futuro. Es muy importante controlar las
emociones.
Esta
falta de autocontrol supone un desafío en el día a día, desde el núcleo
familiar, ocasionando problemas de convivencia en casa, en el colegio, en la
relación con los profesores, e incluso entre los propios adolescentes,
provocando una falta de habilidades sociales que pueden llegar a aislar a la persona
si no se actúa a tiempo y se corrige.
En el
aula, trabajamos con adolescentes, y en ocasiones cuando el docente intenta
imponer su autoridad elevando la voz, estamos cayendo en el error de transmitir
a los alumnos falta de autocontrol, y no damos ejemplo. Como padres ocurre algo
similar. Y debemos evitarlo.
Es la
llamada “técnica del volumen fijo”. El objetivo de esta técnica es que en el
momento en que la persona se de cuenta de que el adolescente esté subiendo el
volumen de voz, lo baje y se quede en un volumen normal. Si éste continúa
subiendo el volumen, no importa, deberá seguir manteniendo el suyo. Cuando el
adolescente se dé cuenta de que el tono de voz es constante y mantiene volumen
fijo, bajará la voz.
Por
ello, tener una actitud positiva, un aplomo, transmitir seguridad y control en
el aula son fundamentales para transmitir respeto y cercanía, lejos de la idea
de transmitir miedo, temor o castigo.
El
autocontrol emocional, es la clave del éxito profesional.