La
educación en valores se fundamenta en el respeto mutuo que debe haber entre el
profesor y el alumno, con una profunda implicación de la familia. Mejorar el
rendimiento escolar, disminuir la conflictividad, aumentar la integración del
alumno con sus compañeros y asimilar unas normas que lo ayuden en su actitud del
día a día es una labor de todos.
Algunos
de los valores que debemos transmitir en el aula que son fundamentales parten
del optimismo que debemos contagiar, ser sinceros con el alumno, dar confianza,
demostrar honradez, inculcar el esfuerzo, el respeto y sobre todo, la
constancia.
La autoestima es un factor determinante para su aprendizaje. Por ello, potenciar la autoimagen del alumno, el interés por el contenido y el clima del grupo, ayuda a que este aprendizaje tenga sentido. La colaboración del profesor, su creatividad, la amistad y la confianza deben evitar que el alumno alcance un nivel de inseguridad tal que nos lleve como resultado final llegar a la frustración y finalmente, al fracaso escolar.
Por
ello, más allá de los contenidos didácticos, debemos educar en valores, valores
que los ayuden a contribuir a la función integradora del individuo mediante la
valoración de las contradicciones de la motivación, los intereses….
“La vida debe ser diaria, móvil, útil y
el primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo. No
aplicar teorías ajenas, sino descubrir las propias. No estorbar a su país con
abstracciones, sino inquirir la manera de hacer prácticas las útiles. Si de
algo serví antes de ahora, ya no me acuerdo: lo que yo quiero es servir más.” (José Martí)